La Llosa de Sámano le ofrece rincones pintorescos: los arcos rebajados de la puerta de entrada al terreno, la piedra de más de tres toneladas que se convierte en fuente, un pequeño gallinero y la huerta que evocan el paisaje de aldea, la terraza de noche, llena de ambiente mágico y romántico y otros que, con seguridad, descubrirá el huésped.